viernes, 5 de diciembre de 2008

Modelo de Cronbach y Stufflebeam

El propósito es ofrecer al lector un recorrido por los modelos que han fundamentado la evaluación
educativa, lo que permite reflexionar acerca de la evaluación como una estrategia útil y necesaria para el
mejoramiento de la calidad de la educación. Se inicia el artículo con el concepto de evaluación, funciones y normas.
En la exposición se continúa ubicando la evaluación en cuatro períodos o generaciones. Estos temas constituyen las
bases para desarrollar el tema de los enfoques evaluativos que han tenido influencia en el ámbito educativo. Este
artículo se deriva del marco conceptual que sustenta un proyecto de investigación acerca de la evaluación del plan
de estudios en la Universidad de Costa Rica, inscrito en el Instituto de Investigación para la Educación (INIE),
antiguo IIMEC. Para complementar la información bibliográfica se incluye aspectos de la experiencia acumulada
de la autora, producto de los procesos de investigación participativa que se han realizado con las unidades
académicas. En otras publicaciones se ofrecerán al lector los lineamientos metodológicos para evaluar el plan de
estudios que surgen de la investigación.

Implicancias de la propuesta de Focault en la educación

Breve resumen de aquellos aspectos más sobresalientes de análisis del examen y su función en el proceso de Enseñanza-Aprendizaje desde la perspectiva de la Pedagogía Crítica:
1. El examen está presente, sobre todo, en los niveles educativos en los que la selección es importante (GOODSON, 1995,57; VIÑAO, 2004, 137)
2. El examen determina y pervierte el proceso de enseñanza – aprendizaje. Los profesores adaptan su método al tipo de examen y el alumnado dedica el tiempo a buscar las posibles respuestas. (MERCHAN, 2005,107).
3. El examen hace olvidar el conocimiento (MERCHÁN, 2005,169)
4. El examen es un acto de violencia simbólica de dominación (BOURDIEU, 2003,89; MURILLO, 2002,106). El punto álgido donde el poder se confunde con el saber (FOUCAULT, 1992, 41)
5. El examen sólo sirve para clasificar, sólo en ocasiones para saber lo que el alumno sabe acerca de las preguntas que arbitrariamente el profesor inventa (LERENA, 1983)
6. El examen impone su poder clasificatorio en el sistema educativo (TORRES, 1991, 45)
7. El examen, su función actual, es un invento chino-mandarino adaptado al modelo tecnocrático de enseñanza (CUESTA, 2005, 152; BURKE, 2002,49)
8. El examen no motiva a los sujetos que proceden de clases populares con capital cultural bajo. Opera como componente de su hábitus (BOURDIEU, 1988, 84)
9. El examen refuerza el carácter académico-disciplinar (TORRES, 1991, 45) de las asignaturas en el que basa la autoestima el profesor tradicional (DURKHEIM, 1992, 170 y ss).
10. El examen se utiliza, sobre todo, como instrumento de control del comportamiento (LARROSA, 1996, 53; IBAÑEZ , 1994, 120).
11. El examen reduce el debate a temas concretos y cerrados: las preguntas que se proponen, normalmente, son la repetición de un texto (libro y/o apuntes dictados por el profesor) (GIMENO, 2003, 129)
12. El examen pervierte el diálogo entre profesor-alumno y lo reduce a una cuantificación del saber-no saber. El diálogo se convierte en pura mecánica matemática (MAINER , 2001, 60 y ss).
13. EL examen es la imposición de un poder externo, del Estado neoliberal, sobre el sujeto. Es un instrumento de fabricación de subjetividades al servicio del modelo político. (PEREYRA, 1996,46; MARCHESI, 2000,27; CUESTA, 2005, 207).
14. El examen no tiene en cuenta el punto de partida y oculta que es diferente en cada alumno (BOURDIEU, 1997, 40)
15. El examen determina la labor del profesor y del alumno: buscar las formas más económicas y eficaces de responder (MERCHÁN, 2005, 118; HARGREAVES, 2003, 192).
16. El examen da argumentos al profesorado para matematizar, de forma contundente, simplificada y con apariencias de neutralidad, la compleja actividad del aprendizaje del alumnado (ÁLVAREZ MÉNDEZ, 2001, HARGREAVES, 2003, 192).
17. El examen da pie para medir y de paso reforzar las teorías simplificantes y reductoras de la genética como explicación del rendimiento escolar. Ignorancia se identifica con incapacidad (GIROUX, 2001, 106 ).
18. Su carácter matemático (¡exacto!) oculta la ausencia de interrelación crítica entre el aprendizaje y la preparación para una determinada práctica profesional (CHERRYHOLMES, 1999,109; FULLAN, 2002, 184).
19. El examen es una situación artificial en las antípodas del conocimiento profesional y el conocimiento científico. (MERCHÁN, 2005, 112).
20. El examen es la concreción competitiva en la que se basa la carrera, descripción de la cadena de obstáculos que debe superar el alumnado a lo largo de su itinerario docente (POPKEWITZ, 1988, 143; GARTNER, 1999, 12)

La antiescuela de Ivan llich.


Los años sesenta fueron los de una antiescuela que preconizaba Iván Illich en línea con la lucha contra la autoridad o la jerarquía de cualquier orden. Cincuenta años más tarde, en Estados Unidos, se extiende la moda de la antiescuela en las élites como alternativa a la imperante educación en serie.
La flexibilidad de los empleos se corresponde con la elasticidad de la educación de los hijos, que no se atienen ni a horarios ni vacaciones fijos
Los conocimientos a través de Internet y los videojuegos educativos ya emplean en sus asignaturas la tercera parte de los profesores del Reino Unido
Frente a la institución escolar, Enzensberger trazaba un plan basado en profesores particulares para grupos de cinco a siete alumnos
Los años sesenta fueron los de una antiescuela que preconizaba Iván Illich en línea con la lucha contra la autoridad o la jerarquía de cualquier orden. Cincuenta años más tarde, en Estados Unidos, se extiende la moda de la antiescuela en las élites como alternativa a la imperante educación en serie.
Si el consumo se customiza, si el trato al cliente se personaliza, si los automóviles o las zapatillas pueden fabricarse a gustos de cada cual, ¿cómo mantener la producción de los ilustrados con un programa común? Si existen entrenadores personales para el pilates, coachs individualizados para la salud psíquica y, cada vez más, se espera la medicina y la farmacología individualizada, el rebrote del profesor particular pertenece a la misma onda.
Hasta hace poco, en Estados Unidos existía el llamado homeschooling -o escuela en casa- patrocinado por organizaciones o sectas religiosas. Para ellas, la ventaja central de impartir una educación completa en el hogar ha consistido en prevenir de contagios indeseables en el medio público. El pupilo era adoctrinado sin infectarse de ideologías agnósticas, se le protegía además del bulling y la violencia escolar en general, se le amparaba de la contingencia de un compañero asesino en serie o se le vigilaba mejor respecto al consumo de drogas. Lo público es en Estados Unidos un reino propicio al mal, mientras lo privado evoca los principios de la patria bendita.
Pero ¿un niño educado sin socialización? Los defensores del homeschooling sostienen que la socialización siempre llegará, tarde o temprano, y se realizará mejor sin ser víctima (o delincuente) como efecto de las sevicias que acechan en los medios escolares, desde la pérdida de la salud a la pérdida de la virginidad.
De otra parte, ¿no es el mayor problema actual la decandencia de la familia, su fractura y sus efectos devastadores? La escuela en casa, tal como se practica actualmente por más de un millón de familias, no incluye sólo a uno o varios profesores particulares sino a los padres que disfrutan de trabajos sin horarios fijos, que desempeñan tareas creativas, artistas, trabajadores y trabajadoras libres o a tiempo parcial. La flexibilidad de sus empleos se corresponde con la elasticidad de la educación que están recibiendo sus hijos, que no se atienen ni a horarios fijos ni a vacaciones en tiempos concretos. El aprendizaje tiene lugar como por accidente o negligencia, no mediante el orden, la disciplina y la regularidad.
¿Aprender jugando? Esta idea, muy querida por los teóricos de la educación en los tiempos del mayo revolucionario, regresa en nuestra época del consumismo maduro, cuando a la ética del esfuerzo y la espera ha sucedido la demanda del placer y la satisfacción inmediata.
La moral burguesa del capitalismo de producción tenía en su centro la virtud del ahorro, la contención del gasto para invertir más tarde y hallar la recompensa después. La moral del capitalismo de consumo invierte esta ecuación. Se consume ahora y se paga más tarde. Se obtiene el placer y se va subvencionando después, con entregas en cómodos plazos.
Y esto, que ocurre con la adquisición de objetos, también sucede, dentro de la misma cultura de consumo, en la adquisición del saber. Se trata de deleitarse en el aprendizaje como único modo efectivo de asumir el conocimiento (el sabor o el saber). Esta importancia del deleite como energía productiva escandalizaba al burgués tradicional que veía en este mundo una ocasión de penitencia para recibir los verdaderos bienes más allá.
Este mundo, sin embargo, ha dejado de ser aquel valle de lágrimas, fértil para la salvación, y se ha convertido en la única escena de gratificación segura. Lejos de conceder valor al sacrificio y la contención, lo relevante es la diversión. Al lema de "la letra con sangre entra" sucede la idea de que el saber sólo se absorbe si sabe bien. Sobre esta base se desarrollan las dulces enseñanzas a domicilio, privadas y no públicas, ondulantes y no orientadas, basadas en seguir el hilo de la demanda infantil antes que planes reglamentados.
San Agustín, antes de convertirse al catolicismo de su madre y en pleno periodo neopagano, cuenta en sus Confesiones los tormentos sufridos aprendiendo el griego y sus gozos introduciéndose en el latín. Con el latín, dice, me guiaba "la libre curiosidad" mientras con el griego "la necesidad obligada".
De la libre curiosidad se alimenta también la filosofía de la escuela doméstica, variada, surtida como un mosaico, divertida e iterativa a la manera del modelo que corresponde a la cultura de consumo donde se cambia de objeto a cada instante y se avanza mediante experiencias heterogéneas, con un empleo y otro, una residencia portátil y una pareja desprotegida de la institución.
Migajas políticas fue el título que Hans Magnus Enzensberger eligió en 1982 para publicar una colección de ensayos entre los cuales se encontraba En defensa del profesor particular. Frente a la institución escolar con su dotación de edificios normalizados, Enzensberger trazaba un plan basado en profesores particulares para grupos de cinco a siete alumnos que recibirían las lecciones en una otra vivienda donde, de paso, aprenderían los unos de los hogares de los otros. El autor no precisaba si esos hogares pertenecían a obreros o a médicos y artistas, pero su juicio de la escuela pública no daba lugar a ninguna ambigüedad. La llamaba "lugar de opresión que no ha sido ideado ni por escolares ni por maestros, y en el que ambos grupos nunca tuvieron nada que decir. Sus construcciones fueron y son arquitectura de poder. Antes se asemejaban a colegios militares de poca monta, hoy parecen residencias fabriles".
Pero, efectivamente, cada vez menos gente desarrolla su labor en las naves de las fábricas. La manufactura sólo ocupa a un 10% o un 15% de la población en los países más desarrollados, y el resto, excepto un resto agrícola, se desenvuelve en el sector servicios, donde crece sin cesar el trabajo fuera de las oficinas, las conexiones desde cualquier lugar, incluida, efectivamente, la propia casa. ¿Será la enseñanza extraescolar el futuro de la enseñanza? Lo está siendo efectivamente ya en formidable medida, puesto que los impactos que forman la personalidad y los medios que informan son más fuertes, importantes y numerosos, en las pantallas domésticas que en las pizarras, fuera que dentro de las aulas. ¿Lo será por completo?
A la objeción de que una enseñanza particular con grupos de cinco a siete alumnos sería muy cara responde Enzensberger argumentando que, en su país, sólo un 60% del gasto para el sistema educativo público se invertía en personal. El restante 40% se empleaba casi íntegramente en la construcción y mantenimiento de los edificios escolares. Y a esto había que añadir además las subvenciones para transporte de alumnos y los costes para la burocracia, todos ellos susceptibles de ahorro mediante el nuevo sistema. Todo ello sin contabilizar el provecho que se obtendría destinando las escuelas vacías a otros fines sociales como asilos de ancianos, viviendas para los sin casa o centros de salud.
Pero ¿podría llevarse a la práctica un proyecto de esta naturaleza sin un grave trastorno de la cultura en general? El fenómeno se encuentra hoy mucho más favorecido por el acceso a las incontables fuentes de saber a través de Internet, por la extensión de los videojuegos educativos que, por ejemplo, ya emplean en sus asignaturas la tercera parte de los profesores del Reino Unido y a través de los cuales se avanza tanto en el conocimiento de la historia como en el alivio de la obesidad mórbida de los alumnos.
La interacción es la base del conocimiento o la curación. Pero, al lado de esta nueva manera de crear, asumir o intervenir ¿no parece demasiado pasiva la clase tradicional? ¿No parece demasiado mostrenco el sistema de alistar a unas decenas de estudiantes en la rigidez de un aula? Todo lo que se debata hoy sobre la enseñanza se confundirá enseguida con la más directa investigación de un nuevo sujeto y una cultura en mutación, inconteniblemente en marcha.

Modelo Educativo de Atsusi Hurimi.


Modelo para diseñar entornos de aprendizaje ricos en tecnología centrados en el estudiante (SCenTRLE). El modelo ayuda a los educadores a hacer operativos los enfoques constructivistas y centrados en el estudiante para la enseñanza y el aprendizaje,delimitando ocho pasos de instrucción para facilitar la construcción del conocimiento y el desarrollo de aquellos que siguen aprendiendo toda su vida. El artículo describe los fundamentos teóricos y conceptuales para el modelo y discute temas persistentes como el uso de la tecnología, las actitudes de los estudiantes, los niveles de ejecución, la valoración del rendimiento holístico frente al analítico y la aplicación de los principios constructivistas dentro del contexto de los modelos tradicionales de diseños de sistemas instruccionales.Los enfoques centrados en el estudiante para la enseñanza y el aprendizaje resaltan la importancia de las experiencias pasadas de los estudiantes, analizando los intereses y necesidades del individuo, promoviendo la participación activa, estimulando el pensamiento dealto nivel y fomentando el aprendizaje durante toda la vida (p. ej., Bonk & Cunningham, 1998; APA, 1993; CTGV, 1992; Holmes Group; 1990; Brown, Collins, & Duguid, 1989). De manera similar, los constructivistas abogan por el desarrollo de entornos que sitúan el aprendizaje en un contexto real, presentando información a los estudiantes desde muchos puntos de vista, fomentan la autoconciencia y la responsabilidad para el aprendizaje y utilizan tecnologías modernas para facilitar las telecomunicaciones y la creación social del conocimiento.Muchos tienen éxito con estos métodos pedagógicos. El reto está en hacer operativas las estrategias instruccionales constructivistas centradas en el estudiante en una clase de más de 30 alumnos en un sistema educativo que tiende más a oponerse que a renovarse.La falta de tiempo, formación e incentivos asociados con clases con un gran aforo y la incongruencia con las creencias del profesorado, las expectativas del alumnado y las directrices administrativas parecen ser unos de los motivos más persuasivos para que la enseñanza en el aula continúe siendo dirigida mayoritariamente por el profesorado. Para loseducadores con poco tiempo, escasos recursos y poco expuestos a métodos centrados en el estudiante, puede que los heurísticos no sean suficientes para la reestructuración de sus aulas.La tabla 1 compara un conjunto de principios de diseño heurístico y un algoritmo para diseñar y secuenciar pasos clave de instrucción.Los heurísticos definen principios básicos o modelos para solucionar problemas (en este caso, diseñar entornos de aprendizaje centrados en el estudiante). Los algoritmos delinean una secuencia de pasos instruccionales (o un proceso paulatino) para facilitar el aprendizaje. Por ejemplo, los educadores que intentan crear un ambiente de aprendizaje constructivista como el propuesto por Honebein (1996) deben determinar cuándo la enseñanza tiene que proporcionar experiencias, presentar perspectivas diversas, situar el aprendizaje en un contexto real, etc. Por el contrario, los educadores que aluden a los nueve eventos de enseñanza de Gagné (1977-1974) aún deben hacer operativos todos los eventos, pero la secuenciación básica ya está definida. Los heurísticos dejan muchas vías para la interpretación, promocionando la creatividad y el desarrollo de entornos alternativos, pero todavía necesitan a los educadores para formular una estrategia de instrucción que dirija cada principio.

lunes, 1 de diciembre de 2008